Continuar no es una decisión fácil. No tanto por la decisión, que es inmediata, sino por las consecuencias que implican un esfuerzo gigantesco: sostener un legado en el tiempo. Cuando Elkin Ramírez nos empezó a delegar funciones creativas y administrativas en Kraken, entendimos que la banda era un esfuerzo colectivo que lo tenía a él como cabeza, pero requería de todos como grupo. Y aquí el todo siempre superó y superará a las partes.
Elkin parte de nuestro mundo en el mejor momento de la banda, cuando habíamos construido una familia y empezábamos a hacer realidad sueños que muchos consideraban utópicos, como el Kraken filarmónico. Otros se quedaron en el papel.
Por eso, cuando Andrés Ramírez y en general la familia de Elkin nos invitan a continuar, recordamos la terquedad y tenacidad de Elkin ante lo que parece imposible y, sobre todo, ante aquello que todos te dirán que no hagas. La rebeldía no es una pose o una muda de ropa. Es desafiar lo que parece correcto, y no hay rock verdadero que no asuma ese desafío. Continuamos porque Elkin no nos enseñó a renunciar, ni a guardar un silencio que torpemente se confunde con respeto, pero en realidad es censura. Hay que seguir tocando y componiendo. Hay que seguir haciendo ruido, porque la música es una perturbación sonora que atraviesa el espacio. Esos son los pasos y las palabras del Titán, eso es lo que él nos dejó, y lo defenderemos con escudo y espada.
Por eso les presentamos nuestra nueva canción, la más reciente pero no la última: “Los pasos del Titán”. Elkin siempre ha estado y estará en cada uno de nuestros acordes, pero Kraken es lo que está en nuestros pasos y en nuestro futuro. Cuidaremos el castillo que lleva su nombre, no sólo como guardianes de lo que ahí permanece, también como guerreros que ambicionan llevar ese nombre mucho más lejos.
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